Queridas masajistas eróticas, vamos a hablar de algo que muchos hombres ni se imaginan que podrían disfrutar tanto: el masaje prostático. Este tipo de estimulación no solo puede ser increíblemente placentera, sino que también tiene beneficios para la salud, como mejorar la función sexual y prevenir problemas prostáticos.
¿Estás lista para descubrir cómo convertirte en una diosa del placer prostático? Aquí te dejo una guía sencilla y efectiva para que explores este mundo con confianza y seguridad.
1. Preparación y Consentimiento
La comunicación es clave para asegurarse de que tanto tú como el cliente se sientan cómodos y excitados con la idea. Un masaje prostático es algo íntimo y requiere total confianza. Asegúrate de que tu cliente esté relajada y abierta a la experiencia.
También, prepará un ambiente cómodo y relajante. Podés usar velas, música suave, y aceites aromáticos para crear una atmósfera sensual. ¡Que cada detalle contribuya a encender la llama!
2. Higiene y Lubricación
La higiene es crucial para una experiencia placentera y segura. Pueden considerar una ducha antes de empezar.
El lubricante es esencial. La zona anal no produce su propia lubricación, por lo que necesitarás una cantidad generosa de un lubricante a base de agua o silicona. Asegúrate de que sea seguro para uso interno y no escatimes en la cantidad.
3. Relajación y Juego Previo
El masaje prostático no debe comenzar de inmediato. Tomate tu tiempo para relajar a tu cliente con besos, caricias y un masaje suave en otras áreas del cuerpo. Esto ayudará a que él se sienta más cómodo y relajado.
Podés empezar masajeando la parte exterior del ano, usando movimientos suaves y circulares con los dedos. Esto permite que los músculos se relajen y se acostumbren a la sensación.
4. Introducción Suave
Una vez que ambos se sientan cómodos, podés empezar a introducir un dedo suavemente, siempre asegurándote de que esté bien lubricado. La clave es ir despacio y escuchar al cliente. Podés utilizar un dedo o un juguete diseñado para la estimulación prostática.
El punto a estimular, la próstata, se encuentra a unos 5 cm dentro del ano, en la pared frontal (hacia el ombligo). Sentirás una superficie ligeramente abultada, del tamaño de una nuez. ¡Esa es la zona mágica!
5. Técnica de Masaje
Una vez que encontrás la próstata, podés usar un movimiento suave y rítmico de "ven aquí" (como si estuvieras haciendo señas con el dedo). Varía la presión según la respuesta de tu cliente, y asegurate de mantener la comunicación para ajustar el ritmo y la intensidad según lo que él disfrute.
Podés combinar este masaje con la estimulación del pene o los testículos para intensificar el placer. Muchas veces, la combinación de estas sensaciones lleva a orgasmos mucho más intensos.
6. Explora y Disfruta
No hay una única manera de hacer un masaje prostático, y la clave está en explorar juntos qué es lo que más disfrutan. Podés variar los movimientos, la presión y la velocidad, o incorporar juguetes diseñados específicamente para la próstata.
Lo importante es que ambos se sientan bien, que se comuniquen y que disfruten de esta experiencia única y placentera.
Cómo me siento al respecto:
Querida, hablar de estos temas siempre me hace sonreír. ¡Me encanta pensar en cómo cada una de nosotras puede descubrir nuevas formas de placer, romper tabúes y llevar la intimidad a niveles insospechados! Para la masajista sensual, el masaje prostático es una de esas cosas que, aunque muchos hombres no lo saben, puede abrir la puerta a un universo de placer desconocido. ¡Así que adelante, explorá, disfrutá y contame cómo te fue!